Reflexion: Baraka
Adrián Coriano
Profesor Isado
Intro a Arquitectura
27 de agosto del 2025
Reflexión Baraka
La película Baraka no es una historia con una trama, personajes o diálogos. Es un viaje visual que explora diferentes partes del mundo, como templos, ciudades modernas, junglas, desiertos, fábricas y cementerios. Baraka sirve como un recordatorio de la inmensidad del mundo y de cómo, independientemente de las diferencias culturales o geográficas, todos pertenecemos a una sola familia humana.
Uno de los elementos más impactantes en Baraka es el contraste entre las estructuras de antiguas civilizaciones y las escenas de la vida contemporánea. En un momento observamos ruinas y rituales ancestrales, y al siguiente, fábricas industriales y calles llenas de persnonas. Este choque de imágenes logra hacer que el observador internalice el cambio de las sociedades y la vida con el pasar del tiempo. Nos hacemos la pregunta: ¿qué tanto hemos perdido de nuestra conexión con la naturaleza y con nuestras raíces al construir sociedades dominadas por la prisa y la producción masiva?
La película no evita mostrar lo duro de la existencia humana. Entre los paisajes y vistas hermosas que nos enseña, también aparecen imágenes de pobreza, sufrimiento, guerras, dolor y hasta personas que han perdido la vida. Estas imágenes nos obligan a reconocer que la historia humana no solo está marcada por aspectos culturales, espirituales y cambios positivos, sino también por violencia y destrucción, entre otras cosas.
Otro detalle notable en Baraka viene siendo la manera en la cual utiliza el tiempo. La película comienza con escenas tomadas en el amanecer y acaba con escenas en la noche. Este ciclo del pasar del día, pareciera simbolizar la vida humana, con su inicio y final.
Baraka es una pieza visual que al finalizar te deja con un sentir de diversas emociones. Independientemente de la situación de quien la vea, logra cautivarnos con sus imágenes de diferentes pedazos del entero que es nuestro planeta. Causa un sentimiento de admiración por lo que tenemos y responsabilidad por lo que lo hemos convertido. Baraka nos invita a detenernos a cuestionar nuestra relación como humanos con la tierra y lo que habita en ella.
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